Folk hipnotizador

En una abarrotada avenida del Paral.lel quedaba aún, un reducido espacio del teatro Arteria -el nuevo Barts- dónde refugiarte del incesante y ensordecedor murmullo externo. Allí estaba Soledad Vélez, una chilena afincada en Valencia dispuesta a hipnotizarnos y a adentrarnos en su universo folk. Pero no nos confundamos, Soledad Vélez no es la típica chica mona que coge la guitarra y le al folk. Lo suyo es algo más, está escrito en letras mayúsculas.

Wild fishing es el título del disco que nos presentaba que a su vez, da nombre a uno de sus temas. Con esta canción ella pensaba despedirse de nosotros, pero nadie dejó que se marchara. El coqueto y familiar auditorio quería más. Ya no son sus letras, que también, sino como las pronuncia, como las siente y como las transmite. Soledad Vélez aseguraba, en una reciente entrevista, que en cada directo revivía la creación de sus temas. Doy fe. Su impresionante voz no es dulce ni envolvente, es desgarradora, apasionada, directa. Dicen que es como una especie de Pj Harvey, y a ella le intimida tal comparación. Porque es tímida, pero cuando sube al escenario y empieza a cantar se va tan lejos que se olvida de todo y te lleva con ella. En “Don’t worry babe” se evidencia el desgarro y el desasosiego de sus letras. Su voz lo transmite a la perfección, ya se nos ha clavado, pero no nos duele porque ella sabe cómo acompañarnos  en este camino de sensaciones que te llevan al lado oscuro a través de la belleza que emana sobre las cosas bien hechas.

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